Entrenando Taijutsu Avanzado

Habiendo sacado el Kage Buyo en funcionamiento, los tres ninjas Kamamura se de tuvieron a pensar. -Bien, parece que ya haz recuperado tu habilidad con esa técnica, Ryu.- Alzó la voz su padre tras examinar cuidadosamente la aplicación de su técnica. -Si. No ha sido un problema. Después de todo, solo necesitaba practicarlo un poco.- En esto, Ryu practica haciendo varias patadas en el aire como forma de medir el resultado de su entrenamiento. -Esta bien, Nii-san, pero creo que también te vendría bien tomarte algo de tiempo en practicar en combate directo contra nosotros. Estás un poco oxidado.- Otra vez, el hermano de Ryu, Hidetora, anuncia esas palabras sin mostrar ningún tipo de emoción vinculada a ello. Dejando a los otros dos sorprendidos, su padre comienza a reír a carcajadas. -¿¡Qué quieres decir con eso, Tora!? ¿¡Cómo te atreves a decirle algo así a tu hermano mayor!?- Y entonces Hidetora, un joven de unos 18 años, delgado y musculoso, se pone en posición de combate mirando hacia Ryuji. -Bien. Si niegas mis palabras, demuéstrame que tienes la fuerza suficiente para respaldarte.

Ryuji miró extrañado a su hermano menor, pero al ver sus ojos llenos de fuerza y seguridad, tomó sus palabras enserio y tomo una postura acorde para prepararse para el combate. Su padre simplemente se fue contra un muro a observar, parándose de manos para hacer flexiones solo con las manos como buen fanático del Taijutsu que él era. -'Nosotros somos Expertos del Taijutsu. Debemos ser los mejores en lo que respecta a este tipo de combate. Nuestra velocidad y fuerza debe ser mayor a la de cualquier otro, y nuestros movimientos deben ser lo suficientemente espectaculares como para permitirnos superar la brecha entre quienes utilizan todas las artes ninja y quienes solo utilizan Taijutsu. Un combate de entrenamiento entre dos Expertos del Taijutsu, es la demostración real de los limites físicos que puede alcanzar una persona. Una pelea con mi hermano ahora... será un duro combate.'- Aún sabiendo esto, Ryuji solo de regresó la mirada, endureció la fuerza de sus músculos y tomó postura para empezar la arremetida.

Y comenzó. De forma casi simultánea, los dos peleadores tomaron impulso en sus pies y se lanzaron a toda velocidad el uno contra el otro. Ese sentimiento de espera y sincronización que solo peleadores del mismo nivel eran capaces de lograr. Ryuji avanzó con los puños cerrados, Hidetora lo recibió con las palmas abiertas para capturar sus puño y detenerlo. Desvió los puños, enviando una patada transversal por donde estaría generando la apertura, pero Ryu reacciona a tiempo cerrando la guardia y endureciendo los músculos de su costado para una recepción correcta. Un buen rechazo de su patada al expandir su guardia, preparándose para que su oponente aprovechase el impulso para atacar por el otro costado. Hidetora reaccionó tal como esperaba. Después de todo, una habilidad desarrollada entre Expertos en Taijutsu era comprender el dinamismo físico para conocer las aperturas y exposiciones del oponente. En cierta forma, un combate uno a uno era previsible en casi todos sus movimientos, y lo único que hacía la diferencia era la velocidad que usaban, o la estrategia que usaba.

En efecto, con cierta predicción de los movimientos de su oponente, Ryu logra generar una apertura a raíz de lo que piensa que su hermano hará a continuación. Una patada perfectamente bloqueada con el levantamiento de su rodilla derecha. Empujó su pierna hacia abajo para abrir una ligera apertura y dejar entrar sus puños contra su tórax. Una velocidad simplemente divina, pero a prácticamente el mismo tipo de velocidad, su hermano ya había prevenido este tipo de contraataque y acercaba su otra pierna de forma ascendente sobre su cabeza. En realidad, todo aquello había sido una trampa para llegar a ese punto. Ryuji no se lo esperaba, quedando ligeramente un paso más atrás que su hermano en el choque de golpes, pero aquella patada estaba lejos de quedar fuera de su velocidad de respuesta. Un ligero paso hacia atrás y Ryuji estaba a salvo del ataque. Quizás un error de cálculos de parte de Tora al pensar que Ryu seguiría con su ataque en lugar de esquivarlo. -Je... tal como era de esperarse de Nii-san. Verdaderamente sabes como actuar cuando encuentras el peligro.- Ryu respondió con una sonrisa.

Y así continuaron la pelea. Una serie de intercambio de golpes a gran velocidad hacia un lado y hacia el otro. Cada vez que un ataque se veía peligroso, Ryuji encontraba una forma de esquivarlo con su velocidad. También era consciente que llegar al punto de usar su velocidad para ese tipo de esquive implicaba que Ryuji no estaba a la altura de mantener un Taijutsu al nivel de su hermano... pero la práctica hace al maestro, y la diferencia de poder entre ambos es muy poca. Solo unos minutos de pelea eran suficientes, aunque para una pelea de este nivel, minutos era mucho tiempo. Un último choque de golpes y ambos jóvenes tomaron su distancia. -Je... je... je... Parece que ahora si te haz puesto serio, Nii-san. Ya me extrañaba que no fueras capaz de seguir mis movimientos a esa altura. Aún me falta unos años para poder igualarte en Taijutsu... así que me hubiese decepcionado si solo aquello era tu nivel.- El padre los miraba a ambos con una grata sonrisa. -Si, pues admito que me he dejado estar un poco. Pero peleando así contigo he podido reajustar mis habilidades. Te agradezco por este combate, hermanito.- Ryu baja su cabeza en forma de respeto. -No hay de que. Me gusta verte en forma. No estaré satisfecho en derrotarte hasta que vencerte cuando estés con todas tu fuerzas.- Un intercambio de sonrisas de luchadores, ambos reconocía el poder del otro y se aceptaban el uno al otro como rival. Rivalidad de hermanos, la más antigua y sana de las rivalidades. -De todas formas, procura venir a entrenar con nosotros más seguido. De lo contrario, volverás a mermar en tus habilidades.- Los chicos se separaron un poco. El entrenamiento había terminado. -Muy bien. ¡Claro que sí! No dejaría que un mocoso como tú me superase. Jeje.- Ryu alzó la mano y dio señal de su despedida. -Nos vemos, padre, hermanito.- Se dio media vuelta y se retiró de la academia para empezar otros asuntos.