Un Viaje Inesperado (4)

Akira estaba emocionado, quizá demasiado pero que importaba, estaba en búsqueda de un arma legendaria y a punto de revelar al mundo lo nuevo que se traía entre manos. Aunque... de hecho quizá eso último no era buena idea. Su mente divagó a las consecuencias que podría tener el atraer demasiada atención hacia su persona. No era obviamente el único shinobi de alto nivel que el mundo ninja conocía, ni de lejos. Pero si la suerte no lo acompañaba (como ya era costumbre) podría verse en problemas. Por un momento consideró regresar y ocultar de mejor manera su kunai pero de una o de otra manera era mejor si se concentraba en el presente y eso era seguir su camino hasta llegar al país del té. Afortunadamente no debería hacer un viaje tan largo a pie puesto que consiguió que una caravana de mercaderes le dieran un aventón, iba subido en la parte trasera del carruaje, justo en el único rincón del vagón que no estaba cubierto por cajas de mercancía, haciendo algo de charla con los mercaderes Akira averiguó que se trataba de mercancía frágil de cerámica, no era lo ortodoxo pero Akira aprovechó a comprarles una pequeña vasija, del tamaño suficiente para esconder en ella uno de sus kunai. El pelirrojo admiró la artesanía ya que estaba muy bien echa. Y al cabo de unas horas, cuando caía la noche, logró ver en la lejanía el país del té.

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