Un Viaje Inesperado (3)

Akira estaba de vuelta, había pasado ya en repetidas ocasiones por el país de las olas así que hasta tenía ya conocidos en el lugar. No era necesariamente carismático pero si mantenía cierto grado de cordialidad y apertura para tratar con las personas, no explícitamente por interés en luego sacarles un favor pero nunca se puede hacer todo solo y era algo que siempre rondaba la mente de Akira. Su mente estaba callada desde hace algo de tiempo y aunque la paz y el silencio eran algo que el pelirrojo podía apreciar parece que extrañaba tener tan animadas conversaciones consigo mismo como las que tenía hasta hace unas semanas. Su mente se nublaba al querer recordar mayor cosa así que no lo forzaría. El viaje en barco había acontecido sin mayor problema como todos los demás, aunque esta vez de hecho había una diferencia, el pelirrojo se detuvo luego de bajar del navío, observó la zona e identificó exactamente el lugar al que quería ir. Había una especie de edificio casi en el centro del puerto, era alto y difícilmente se encontraría algo que se ocultara en el techo del mismo así que dando dos saltos y apoyandose de chakra en la planta de los pies, llegó hacia allá, se aseguró que nadie le viera mientras produjo de su manga un kunai, tenía tres puntas y estaba hecho específicamente para Akira. En el mango del mismo había un pequeño trozo de papel con un sello escrito a tinta. El sello del Hiraishin. Por ahora no era una técnica conocida por nadie más que el pelirrojo puesto que jamás la había usado en público. Aunque eso parecía estar por cambiar. El pelirrojo se aseguró de dejarlo donde nadie lo pudiera ver y lo clavó en el techo de madera para que el viento o algún ave no se lo llevara de allí. Bajó de un salto y emprendió su camino. Su ruta ahora le llevaría hacia una zona que no conocía... El país del té.

Dejo un kunai oculto para regresar rápido:

OFF:

El pelirrojo apareció justo en el lugar marcado por su kunai especial, tomandolo en la mano  mientras lo hacía. En su hombro su nueva adquisición, Samehada. El kunai habia perdido su utilidad así que eliminando de él el sello, lo arrojó al agua del mar entre la localidad y Kirigakure. Quizá aún no sería tiempo de regresar a Kiri después de todo. Akira se aseguró de que no hubiera nadie en la vicinidad, después de todo sería un poco difícil ignorar un gran destello rojo en el techo de un edificio bastante alto. Apresurandose Akira se retiró del lugar y comenzó a caminar hasta un hotel cercano en el que ya se había hospedado previamente. Ocultó a Samehada lo mejor que pudo de todos y cuando preguntaban de que se trataba su mejor respuesta era que era un ornamento que quería llevar a su hogar en el país del agua. Al estar ya en la privacidad de su habitación Akira liberó las vendas que cubrían las fauces de Samehada y le acarició las escamas. - Creo que tu y yo haremos buen equipo - dijo sonriendole a su nueva espada. Era de día pero no había dormido prácticamente nada recientemente así que Akira cerró las cortinas, aseguró la puerta y no hizo más que dormir, con samehada a su lado.

OFF:

Habiendose despertado, descansado y reparado cualqueir daño recibido en el volcán, quedaba por ver ahora que haría con su vida, no en el sentido extraño de que no supiera a donde se dirigía o algo por el estilo, más bien lo que le hacía falta era determinar su futuro próximo, ya estaba fuera de la aldea y quizá sería buena opción viajar a algún otro lugar mientras podía y volver por un buen tiempo a la aldea más tarde. Aunque siempre quedaba también el preguntarse si de hecho volvería a la aldea o no. Era algo que había cruzado su mente en repetidas ocasiones por los últimos meses. Las cosas no estaban del todo mal pero... Akira sentía que algo faltaba, y no hablaba solamente de Samehada, puesto que a pesar de llevar poco tiempo con ella sentía ya una gran parte de si, completa al tenerla consigo. El pelirrojo estaba sentado en su cama, sin mayor ropa puesta que la necesaria por el frío clima que a veces se hacía presente en el lugar y con una mano en el mango de samehada. - Y tu que dices eh? - preguntó con la duda en su mente de si talvez recibiría una respuesta, no fue así pero sintió algo recorrer su mano, era más que la habitual sensación de tener un ente vivo come chakra en el mango de tu espada... era como si en serio intentara comunicarse con él. Quizá valdría la pena trabajar en eso. Sin embargo ahora sabía que hacer. Por lo próximo iría a viajar nuevamente, si de verdad sentía que volver a Kiri sería lo mejor para él al final del viaje, lo haría. De lo contrario... Quien sabe lo que el futuro le depararía.

Con esto en mente y decidido el pelirrojo se puso de pie, se vistió, pagó su estancia en el hotel y salió directo en la dirección opuesta de Kiri... Rumbo al País del fuego y más concretamente... Al Bosque Kasai.

Aún faltaba tiempo y recorrido para llegar a Kirigakure, pero no tanto como hace unos minutos. El paso de ambos parecía ser apresurado, cada uno por distintas razones, quizá Takeru por emoción y Akira por precaución, las razones en realidad no importaban puesto que ambos parecían caminar en sincronía. A la distancia se lograba ver un pequeño cumulo de nubes acercandose peligrosamente con la amenaza de agüarles todo el camino así que Akira sugirió apretar el paso aún más. Las capuchas comenzaron a ensuciarse en la parte inferior por el lodo y tierra en el que caminaban, esto sería mucho más sencillo si hubiesen conseguido un transporte que valiera la pena, no solamente estarían resguardados de la inminente lluvia sino que llegarían más rápido. Quizá para la próxima. Por ahora, debían perseverar y seguir la caminata, esta se había vuelto casi un trote, por lo menos siendo shinobis no se cansarían rápido pero no estaba demás el cuidar la forma. Los jovenes viajeros, que no estaban separados por más que unos años, estaban enfocados más en conseguir llegar al puerto en el país de las olas a suficiente velocidad para zarpar antes de que la noche cayera y no pudieran hacer más que esperar en el puerto y arriesgarse a ser capturados. Al cabo de un rato más en caminar las gotas de lluvia se hicieron presentes y las capuchas comenzaron a rendir frutos, aunque no por mucho. La lluvia era demasiada para que unas capuchas de tela impidieran que sus ropajes se mojaran. Lo bueno de las repentinas lluvias fuertes es que no duran mucho y para cuando la lluvia comenzaba a ceder, el pequeño puerto en el país de las olas se hacía visible y para fortuna de los muchachos parecía que aún habían bastantes barcos en el puerto como para conseguir uno que les llevara hasta donde necesitaban, rumbo al país del agua. El camino había estado algo silencioso de momento así que el pelirrojo intentaría tomar la iniciativa - Algo que no te mencioné antes es que me dedico a la medicina. - dijo bastante orgulloso de sí mismo mientras caminaban. - Ha sido así desde pequeño y lo irónico es que odio no formar parte de la linea frontal en las batallas. - continuó, sería importante información si en algún momento necesitaban plantear estrategias juntos. - Además - añadió - Guarda esto - dijo entregando al chico un kunai especial marcado con el sello de su técnica en desarrollo, - Si te pierdo de vista o me necesitas retiralo de la funda. - dijo señalandola y la parte en la que el sello se desprendía.

Spoiler:

OFF:

Aún faltaba bastante recorrido y tiempo para llegar a Kirigakure no Sato, pero no hace tanto que antes. Nos movíamos a paso ligero, de hecho, ya habíamos cruzado la frontera de del País del Fuego y nos hallábamos en el País de las Olas, una pequeña isla que se encuentra geográficamente alejada de las otras naciones. Se trata de una tierra que no posee una aldea oculta, debido a que no es influenciada por otros países y estaba protegida de ellos por el mar. Debido a la cercanía de nuestra ubicación respecto al océano el clima era un tanto frío y húmedo. A lo lejos se podía ver un pequeño cúmulo de nubes que se acercaban con la amenaza de aguarnos el viaje, por ese mismo motivo Akira sugirió que acelerásemos el paso, a lo que yo asentí sin decir ni media. Las túnicas se habían manchado en la parte inferior, debido a que arrastraban por el barro y por el lodo que estábamos caminando desde que habíamos salido de la villa.

Pasado un tiempo las gotas de lluvia se hicieron presentes y nuestras túnicas se mojaron, pesando el doble de lo normal. Lo bueno de las lluvias repentinas es que no duraban demasiado, por lo que seguramente ya no llovería cuando llegásemos al puerto del País de las Olas. Ya hacía que no cruzábamos palabra, seguro que Akira estaba pensando lo mismo por lo que decidió sacar tema de conversación. Al parecer, él era ninja médico, sin embargo, a él no le gustaba formar parte de la retaguardia y no formar parte de la primera línea de batalla. Akira me entregó un kunai bastante peculiar, al parecer si lo perdía de vista o lo necesitaba tendría que retirarlo de su funda.

No podía ser, había perdido de vista a Akira y aún por encima estaba lloviendo. No pasaba nada, tenía el kunai que me había entregado. Saqué el arma que me entregó Akira y lo clavé en un árbol que estaba a un metro de mi.

Hiriashin:

1000 PV
1000 CK

Largo camino, Snake seguía desde lejos aquella persona que visualizaba desde lejos, mientra lo hacia miraba como dejaba pisadas que ya no eran necesaria al tener un objetivo que seguir. Lo sorprendente era que esa persona que seguía lo había hecho recorrer mucho, cruzando la frontera de su país y llegando a lo que parecía ser el país de las olas. No sabia mucho pero si lo necesario ya que había estudiado algunos mapas que se encontraban en la aldea y saber cada ubicación algunos territorios y países. No perdía de vista su objetivo, lo seguía sin que se diera cuenta cuando de repente empezó a llover pero una simple lluvia no aria daño. Entre mas le seguía mas lejos lo llevaba es por eso que empezó a analizar con calma antes que pudieran estar mas lejos de su país y en el que estaba, un shinobi de la hoja andando por estos lugar no era bueno. Muy rápido corrió para saltar y aparecer delante de aquella persona con su mirada fría y amenazadora.

-Por que no te quitas esa capucha y me dices a donde te diriges.

Menciono Snake para que la situación se empezara a calentar mientras que la lluvia caía lentamente en esa zona en la que estaba.

Off:

La verdad es que ya había notado desde hacía un buen rato que alguien nos había estado siguiendo, a pesar de ello, yo no le había hecho mucho caso ya que había decidido fingir no saberlo. La persona en cuestión se trataba de un ninja de mi misma villa, no lo conocía muy bien, tan solo sabía que se llamaba Snake, o que, al menos, así le llamaban. Él se posicionó delante de mi para impedirme avanzar. Su mirada era fría y un tanto amenazadora, sin embargo, eso me daba igual, no me intimidaba ni lo más mínimo. Él quería saber quien era yo, por ese motivo me exigió que me sacase la capucha y también quería saber a donde iba. Ni siquiera le miré, no me daba miedo. Intenté no perder la calma y le contesté en un tono bastante calmado:

— Mira chaval, ni te pienso decir quien soy, ni te pienso decir a donde voy. No es por que tenga nada que ocultar, simplemente, pienso que no son asuntos de tu incumbencia — dije con tono tranquilo.

Me crucé de brazos, mirando a aquel shinobi por debajo de mi capucha, ocultando mi bandana. Acaso creía ser alguien para darme órdenes? Había conseguido enfadarme, a pesar de mostrar una aparente calma. Una cosa estaba clara, nos había seguido por órdenes de los altos mandos de la villa, seguramente, allí ya sería noticia lo de mi desaparición. Decidí cruzar unas últimas palabras con aquel individuo:

— Ahora mismo no dispongo del tiempo suficiente para hablar contigo. Algún día sabrás quien soy y te arrepentirás de haberme hablado de ese modo — dije sonriendo.

Con el estruendo en la distancia de un rayo, Akira apareció dejando un haz de luz escarlata, del mismo tono que su capa. Su máscara no dejaba ver la sonrisa que esbozaba al demostrar por primera vez en público su habilidad. Quizá no sería sencillo reconocerle con la máscara puesta pero era el único con la capacidad de usar los kunai. Akira hizo la universal señal de silencio llevandose el dedo índice de la mano izquierda a donde su boca yacía bajo la máscara. Retirando el kunai de su lugar y guardandolo en su bolsa de herramientas Akira caminó hasta el Senju asegurandose de mantener una postura calmada. Los rayos de la tormenta que acababa de pasar brillaban iluminando el escenario paulatinamente mientras los estruendos daban un ambiente tétrico a la zona. El otro chico comenzó el intercambio de palabras casi en un tono amenazador así que Akira produjo de la parte trasera de su capa a Samehada lista para interceptar cualquier amenaza. Cargandosela en el hombro Akira puso una mano sobre el hombro del chico luego del intercambio de palabras y con un tono severo mencionó al otro muchacho - Te metes en aguas más profundas de lo que crees chico. Vuelve a tu aldea... reporta lo que viste. Habrá tiempo para ustedes más tarde. - concluyó desapareciendo en un flash escarlata nuevamente, con el objetivo de perder a su perseguidor y aparecer de vuelta en su residencia en Kirigakure.

Hiraishin para escapar:

VD: 2000.
CK: 1900 - 100 = 1800.