Pasando por el Puente Samurai:

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Le hubiese gustado al chico de la niebla quedarse a recorrer la capital del rayo, le había parecido un lugar interesante, lleno de gente y comerciantes, siempre la había gustado el sincretismo cultural que se generaba en lugares dónde había bastante afluencia de público de distintas zonas del mundo, era algo dignos de estudio según él, el cómo los distintos tratos entre miembros de un país se contraponían con los del otro, era hasta impactante en algunos casos.

No perdió tiempo y comenzó a alejarse de la capital del rayo, se dirigió al norte como el mapa lo señalaba, debía de llegar al Puente Samurai y una vez allí tomar una ruta directa al País del Hierro, realmente lo emocionaba la idea de estar cada vez más cerca, tanto se había preparado para este examen que el saber que estaba cerca con cada paso que daba era emocionante. -Ya verán que tiene preparado la aldea de kiri para el mundo- murmuró riendo, esto lo decía a raíz de la última misión que había realizado junto con sus compañeros de aldea, ahí pudo notar que no era el único genin de la aldea y también lo buenos en batalla que eran estos, también le emocionaba la idea de enfrentarse a algún compañero de aldea, aunque también esperaba que los shinobi de los países restantes fueran igual de asombrosos, Yagura tenía la intención de aprender lo que más pudiera en este viaje y eso implicaba entender otros estilos de peleas que no fuesen como el de él.

Pasaron unas horas desde que Yagura había salido de la capital del rayo, el viaje era algo largo pero no agotador por lo que todo el trayecto supo cómo mantener el ritmo. -Creo que ya estoy cerca- murmuró el chico viendo cómo el clima cambiaba uno poco, se tornaba algo más frío. También lo supo porque podía ver cómo se acercaba cada vez más al Puente Samurai, estaba realmente emocionado.

El puente estaba construido de piedras azules y contaba con una gran puerta en un extremo, algo parecido a un torii, adornado con el kanji de samuráis. En la parte superior de la puerta había una gran estatua de piedra de una espada envainada con pesas colgando de ambos extremos, Yagura estaba realmente emocionado, la arquitectura del puente le parecía cautivadora. -Wow, por fin llegué al puente, ahora solo debo ir al lugar del examen- murmuró el chico retomando la marcha, no tenía que perder más tiempo, la ansiedad le estaba ganando, más aún sabiendo quedaba tan poco.