Entregando mas que carga (Misión)

Después que mi shinobi había llegado al destino suspire levemente y escuche como me había dicho que estaba entrenando el estado de su cuerpo me permitía confirmarlo bastante, sonreí de lado para luego indicarle la carrazoa y todo lo que llevaban con el mientras el viejo enano terminaba de acomodar las cosas y preparar todo para arrancar le mencione a mi gennin sin mirarlo

-Debemos escoltar ese carruaje hasta su destino, no debe sufrir ni un daño ve sobre el atento a los ataques superiores y laterales yo iré por delante asegurándome que no nos encontraremos con ninguna sorpresa.

Mencione mientras llevaba ambas manos a los bolsillos y comenzaba a caminar hacia el camino donde usaríamos me detuve y le hice seña que arrancaran el carruaje el mismo no demoro en ponerse en marcha hacia un gran ruido al moverse rechiste, ya que eramos un señuelo para aquellos que nos esperaban y para los curiosos que podrían querer hacerse con el botin al ver un carro tan llamativo, todavía eso en vez de ser humilde no el coche alertaba a todos que se trataba de alguien importante, comencé a caminar por delante del coche tranquilamente tendríamos que pasar por las cataratas para ir donde quería el sujeto, por lo menos evitaríamos lugares lleno de gente y aumentar las personas a vigilar así seria mas sencillo aunque ya veríamos como hacer para que el mismo pasara por las cataratas, desvié la mirada hacia atrás un momento buscando la posición del gennin que me acompañaba quería verlo en acción. Escuche como el enano le gritaba a los suyos para que aceleraran el carruaje, pero hacían lo que podían eran animales. Según comenzaban a acelerar yo comencé a correr delante de ellos para mantenerme por delante y prevenir cualquier ataque enemigo.

Sello yin:

Espere que el joven volviera con lo que le había pedido sentía como el ruido del viejo al lado parecía que había reducido pero aun estaba despierto el otro lado pero parecía estar mas calmo aun algo no estaba bien, no sentía otra presencia en su cuarto así que de esa forma no habría problema por ahora aunque algo me decía que esta noche no hacia mas que comenzar sentí los pasos del gennin y como se acercaba hasta mi, alce la vista observando como llegaba con algo de comida tomo uno de las muestras que me da y la pruebo sintiendo como este delicioso plato simple pero muy bueno me levanto tomando unos cuantos mientras voy hasta la puerta y me detengo.

-El enano saldrá a dar una vuelta, de seguro síguelo no te despegues de el nunca que se podrá meter en líos simplemente por ese estúpido orgullo.

Mordí otro de los sandwiches que me había traído el chico para luego antes de alejarme definitivamente le mencione que estaría cuidando del carruaje no sea que tengamos algún que otro saqueador que pueda intentar revisar el coche por simple capricho y encontrarse con lo que realmente este tipo escondiera. Así que decidí salir con las manos en los bolsillos hacia afuera y saltando me quede sobre uno de los edificios de adelante podía ver al viejo por la ventana y al genin también pero ellos no me podían ver a mi, me mantenía oculto en las sombras mientras también escuchaba los murmuros de los guaridas del carruaje que ahora se terminaron de dormir eso era bueno bastante simple me dejaban la vigilancia, termine de comer lo que me había traído y simplemente me recosté en el tejado a mirar.

Me había quedado allí sentado observando como aquel carruaje estaba quieto nadie de los presentes parecía estar de guardia así que aproveche para bajar y meterme dentro del mismo para buscar lo que el joven Gennin me había dicho no demore mucho ni me costo para encontrar el cofre, observe las piedras quería asegurarme que eran genuinas el cofre pesaba bastante esto explicaba por que tanta vigilancia, suspire levemente esto no seria fácil mas si había algún tipo de traidor.

Mientras tanto el hombre mayor, iba en el mercado comprándose todo lo que sus ojos veían incluso alguno de los mercaderes le subían el precio al verdadero para que el mismo lo pagara y así había sido el pegaba como si no le importara nada mejor dicho como si todo fuera totalmente gratuito y la plata no importara.
No se demoro un par de horas que el ambiente se había vuelto bastante sospechoso alrededor del viejo la cantidad de gente que la poblaba era cada vez menos los comercios parecían estar vacíos, hasta que finalmente apareció un grupo de bandidos mas bien diez de ellos salieron de todos lados acorralando al viejo pidiéndole que le diera todo el dinero, uno de ellos el principal era el mas sospechoso el mismo vestía ropas de shinobi el cual daba las ordenes a todos los demás.

Termine de acomodar todo los detalles en aquel coche me aseguraría que en caso de que alguien lograra infiltrarse dentro del mismo coche, no fuera a quedar evidencia de que este cofre con tantas cosas valiosas fueran visibles a simple viste, luego de ocultarlas bien incluso el viejo pensaría que fue robada durante la noche, darle un susto así no estaría mal pero un estruendo y resplandor me hicieron elevar la cabeza para observar por la ventana como rastros de luz ya hacían en la oscuridad, algo estaba mal muy mal. Salte hacia los tejados buscando no despertar a los dormilones pero otro destello proveniente del mismo lugar comenzaron a despertar a los vigilantes, mientras que me dispuse a correr a toda velocidad hacia donde provenían saltando los edificios no me llevo mas de medio minuto llegar y encontrarme con un panorama nada agradable a decir verdad.

El gennin estaba del lado derecho parado por enfrente del enano sujetando su mano derecha mientras esta sostenía una kunai, en su frente habían cuatro bandidos armados con objetos punzantes, pude comprobar como el joven había hecho frente a estos sujetos ya que tenia varios cortes por todo el cuerpo, rechiste molesto aunque como movían sus armas esos bandidos no se trataban de simples ladrones eran shinobis y discípulos de un viejo conocido de la villa, salte hacia el medio del combate arrojando le a esos cuatro shurikens en sus brazos diestros lo que los hizo gritar de dolor, sonreí sacando dos kunais y parándome de perfil para luego mirar de reojo al chico.

-Zero estas bien, ahora me encargo yo llévate al paquete hacia el carruaje te alcanzo en cuanto termine por aquí.

Mencione ahora si mirando a los bandidos o forajidos como les gustara llamarse a si mismo, parecían confiantes incluso uno de ellos movía su espada provocan dome, sabia que su estilo de combate no era un estilo ordinario lo había visto antes y escuchado hablar de el cuando de sorpresa uno de ellos movió la espada hacia delante como si la arrojaría y la mitad de ella salio disparada hacia mi mas bien hacia Zero con una cadena por detrás, antes que hiciera nada gire mi kunai y atravesé uno de los agujeros de la cadena incrustando la misma contra la casa de la izquierda el sujeto parecía bastante molesto, finalmente cuando Zero desapareció e nuestro punto de visión se arrojaron contra mi mas bien dos de ellos y los otros dos intentarían ir detrás del muchacho, salte girando para quedar en la espalda de los cuatro golpeando la rodilla de uno para que se cayera y llenando de chakra mi puño le acerté en la cabeza era un ninjutu medico que me permitía aplicar todo el chakra en un punto y luego liberar una fuerza duplicada, sonreí de lado y extendí mi mano al ver como ellos se volteaban a comprobar el ruido, les hice seña que vinieran el que quedo de ellos hasta parecía tenerme miedo.

No demoraron mucho en rodearme cambiaron de armas, uno de ellos usaba una tanato corta el otro dos dos Hoz con una cadena detrás y el ultimo parecía llevar una katana tradicional, pero viendo lo que había hecho la de recién no me fiaba ni un poquito, los tres dan y dan vueltas alrededor mio parecen no detenerse sonrei de lado cargando mi puño de un chakra amarillo ahora me tocaría a mi atacar si no actuaban, el de la katana se detuvo adelante mio y preparo para atacar cuando sentí como el de las hoz las arrojaba y enganchaba mis brazos para intentar inmovilizarme, en ese instante llene de chakra mi lado derecho donde estaba el de la tanato el cual no demoro en clavármela en la costilla, mientras que el de la katana arrojaba la misma hacia mi corazón, no tuve mas remedio que saltar hacia atrás con herida y todo pasando por arriba del de las hoz, al caer golpee el suelo fuerte con el puño de chakra, haciendo que se partiera en pedazos estos salieron elevados hacia arriba desestabilizando al de la tanato y al que me tenia de prisionero hace segundos, sonreí de lado sacándome la primera arma de mi costado y corriendo hacia el segundo citado anteriormente lo atravesé con esa arma el corazón girando y arrojando le el arma a su propietario sobre el pecho, cuando las piedras terminaron de caer quedaba solo uno este me miraba sorpendido tratando de entenderlo y no dejaba de observar mi costado donde su compañero no hacia mas de cinco segundos haba dañado sonrei levemente, saltando hacia el para acertarle con mi puño de chakra en el estomago pero antes de acercarme a menos de un metro de el siento como algo me sujeta la mano izquierda, observo de reojo hacia atrás y veo a una mujer parada en kimono sujetando una especie de hilo fino, diría yo hilo ninja ella tiro de el y sentí como mi piel se cortaba, revise mi brazo y tenia un hilo ninja sujetando mi brazo, rápidamente corte el hilo y salte hacia la derecha para abrirme camino. Mientras el shinobi corría hacia esa mujer que solo me miraba mientras recogía su arma y se lo acomodaba en el cabello, eleve la ceja y una bomba de humo la hizo desaparecer.

Rechiste molesto sacudiendo mis cabellos amarillos quien era ese mujer bostece levemente para alzar mi brazo izquierdo y mirar la perfecta herida, quien era esa mujer esa mirada perdida pero al mismo tiempo fría, una mirada que no representaba odio ni rencor pero tampoco nada bueno, alguien que parecía mirar el mundo desde afuera esperando para actuar, estaría viva. Me voltee regresando al hotel para tratarme la única herida que había sido visible en el combate, pero sentía como si esos ojos me vigilaran todavía me vigilan.

Al otro día llegamos al destino donde el viejo vivía y dejamos todo, le mostré donde escondí sus tesoros haciéndole entender que yo sabia de sus planes y sus intenciones por que habían solicitado mi servicios de forma directa, rechiste al ver como se pego un gran susto, al salir revise si el chico podría seguir caminando al parecer se había recuperado, en un combate de camino para aquí unos bandidos llevaban una carta ordenando les llevar el botín a una especie de cueva escondida en las montañas, yo salí en esa dirección mientras el joven regresaba a la villa.