¡Se ah perdido mi Felino!

-Kushina, lo primordial para una mision son cosas que necesitarias para sobrevivir a situaciones peligrosas, necesitaras un termo de agua, un cambio de ropa extra, este pedernal para encender fuego, una manta por si tienes que dormir a la interperie, por supuesto que necesitaras vendas y esta pomada para tus heridas. También necesitaras tus hilos de alambre, kunais, shuriken, sellos explosivos y todo lo que pueda servirte para defenderte, como este martillo de herreria.
-Papá, tengo que buscar un gato en el barrio rico de la ciudad, no voy a necesitar todas esas cosas.
-Kushina, uno tiene que aprender a ser precavido y mas cuando se trata de tu primera mision, nunca sabes con qué te vas a encontrar.

Con una mochila bastante cargada de cosas que su padre habia preparado para ella, Kushina sale de su casa hacia el cuartel ninja donde le dirían las características específicas de la mision que tendría que completar para ese día. Ella sabía que esa mochila seria innecesaria en una misión tan simple como tener que buscar a un gato pero para no hacer sentir mal a su padre la llevaría de todas formas, además, era su primer misión, la tomaría como si se tratara de una mision peligrosa, comenzaba su camino ninja, Esto era emocionante.

Una vez en el cuartel ninja, se encontró con un instructor que sencillamente le entregó un trozo de papel, gritando "Siguiente" luego de que ella tomara la pequeña carta con el simbolo de la aldea del sonido.

Con un "gracias sensei" se despidió del instructor que se encontraba asignando misiones en el cuartel ninja. Con su carta salió de la habitación repleta de shinobis de la aldea con chalecos ninja, con algo de pena y admiracion los observaba a todos, parecían muy fuertes y ella parecía ser la única que no llevaba uno, pero eso sería temporal.

De repente se tropezó con un hombre alto de piel blanca y cabello negro, el shinobi la sujetó por los hombros y le pidio disculpas mientras la observaba con una sonrisa.
-Vaya, Uzumaki Kushina ¿he? disfruta de tu primer día de misiones, te estaré vigilando, genin de otogagkure.
Kushina no pudo evitar quedarse viendo a ese shinobi cuando se fue. ¿La estaría vigilando? ¿Quien era ese sujeto? esos ojos tan raros que tenía causaban mucha desconfianza, ni hablar de lo raro que la miraba. Se sintió tentada a responderle pero no lo hizo por respeto a su superior, así que solo continuó su camino y se dirigiò al barrio rico de la aldea, donde comenzaría a buscar al gato que tendría que encontrar.

Expresamente la carta decía así:
"Mision rango D: La misión consiste es rastrear, recuperar y devolver al objetivo. El objetivo a recuperar es un gato, cuyas caracteristicas son las siguientes: pelaje naranja y ojos verdes con un tono amarillento. Su dueño afirma haberlo visto en las residencias, comenzar la búsqueda por esa zona. Una vez atrapado el ojetivo, deben regresarlo al cuartel ninja donde se le entregará a su respectivo dueño."

Con su mochila atada a su espalda, Kushina camina por los callejones del barrio intentando buscar al gato. Dicen que los gatos siempre regresan solos a su hogar, por lo que le parecía tonto en un primer momento que le contrataran para buscar un felino que había escapado de su casa. Pero ella no era quien para cuestionar el por qué de las misiones que le asignaran, uno de las caracteristicas de los shinobis, en especial de los de menor rango, es la obediencia y respeto a sus superiores.

Con mucha torpesa la kunoichi se abre paso entre la basura y otras cosas que habian entre los callejones. Para ser un barrio rico, habìa mucha basura en los lugaers inaccesibles a la vista, como por ejemplo, esos callejones, donde normalmente tiraban la basura que personas y hasta ninjas de otros lugares iban a limpiar.
-Michu michu michu, ven gatito gatito gatito, miau miau miau... ¿Donde está ese gato? es muy dificil encontrar a un animal entre tantas casas, literalmente puede estar en cualquier parte.
Con evidente molestia, Kushina observa a  su alrededor, no iba a encontrar a ese gato así. Decidida a terminar rápido esa misión, saltó hasta la cima de uno de las paredes del callejon, al caminar por la pared vería desde la altura otros rincones y escondrijos de las casas circundantes, hasta podría ver los techos de las casas y toparse con el precisado felino, en caso de que anduviese usmeando por los techos de casas ajenas.

-Papá, estoy bien, no me vi envolucrada en ninguna pelea. solo tengo ese rasguño en la cara por el gato que tuve que buscar.
-Kushina, soy tu padre y si yo no me preocupo por ti, mas nadie lo hará. Excepto tu madre, ella también te quiere mucho.
Ya en casa, el padre de Kushina le limpia la cara con agua y le coloca una banda adhesiva en un pequeño rasguño que tenía.
-¿Por qué no me cuentas de la misión?
-Ok, pero deja de limpiarme la cara y escúchame.

-Flashback-

Mientras  Kushina caminaba por los tejados de las casas con total tranquilidad, escucha un alboroto. Al otro lado de la calle, en otro callejon, caían una pila de trastes uno tras otro. Al asomarse por el borde del tejado logró divisar de manera fortuita a un gato que concordaba con las características del felino que decía la carta que le entregaron en el cuartel ninja.

Emocionada por estar a punto de completar su misión, saltó del tejado y atrapó al felino con su cabello, el cual se alargó como una cuerda que enredó al felino sin permitirle alguna manera de escapar de los resistentes nudos.
-Ya te tengo hermosa criaturita. Que lindos ojos tienes, provoca comerte a besos, pero tengo que entregarte a tu dueña que es tan descuidada que dejo que te escaparas.
El gato al tener a Kushina tan cerca le dio un garfañazo, lo que hizo que Kushina sonriera y le restregara la cara en la panza.
-Tengo que tener cuidado contigo, eres muy agresivo.
Con el gatito en su poder, regreso al cuartel ninja, donde lo dejó con el departamento encargado del cuidado de animales rescatados. Fue hacia el ninja que asignaba las misiones y le llevó la carta para que la sellara y su misión quedara como aprobada.

-Fin del flashback-

-Tienes que tener cuidado con los animales ajenos. Nunca sabes cuando van a atacar.

Finalmente, padre e hija terminaron la noche tomando una taza de té cada uno mientras su madre les traía un plato con galletas para celebrar la primera misión de Kushina.