~ Casa de Gaia ~

Mi hogar es una pequeña casa ubicada en la zona este de la aldea. Está en un punto medio entre el centro y el extrarradio, de modo que generalmente es muy cómodo y rápido acceder a los distintos lugares. Su apariencia es diferente a la del resto, ya que tuvo que ser reconstruida debido a un incidente del pasado, pero conserva la esencia de Sunagakure. En su interior se siente cálida, con decoraciones sencillas e iluminada por el sol.

Vivo con mi madre, la cual se encarga de las tareas cotidianas de la misma, dejándome a mi las compras y las gestiones básicas del hogar.

Me encontraba caminando hacia mi casa. Sunagakure seguía iluminada por la fuerza del sol, y la arena se removía por el viento como de costumbre, meciendo mi pelo. Me sentía diferente, recientemente había terminado mi examen Genin y me disponía a ir a casa para hablarlo con mi madre. Entré por la puerta y la busqué con la mirada. Estaba postrada en una mecedora, mirando una foto: “Madre, ya he vuelto” – dije, con tono de voz bajo y armonioso. Ella me correspondió la mirada, y sonrió: “Hija, ¿qué tal ha ido? – observó mi cuello y, viendo la banda, se levantó suavemente. Se acercó lentamente a mí y la cogió: “te sienta bien, te la mereces” – sentenció, abrazándome.

Después de aquello, le tomé la foto. Era una foto nuestra, de hace unos años, donde salía mi padre. Le echábamos de menos. Había sido una pérdida tan rápida e inesperada…Ella de vez en cuando necesitaba apoyarse en él, siempre fue su pilar y nunca caería en el olvido, igual que para mí.

Dejé la fotografía en la mesa, y me senté con mi madre a charlar.