Devuelta con la tortuga

de donde vengo:

El barco cuenta con una rampla que ayuda de gran manera a subir el carro con ruedas, de esta manera una vez arriba emprendimos camino a la isla principal de Kiri, en dirección a la oficina del kage de la aldea. Si bien aún no tenemos un kage, hay un líder de gran rango que está a cargo del bienestar de la aldea.
Cruzar fue sencillo, de vez en cuando la tortuga emite un fuerte rugido pero sigue durmiendo y esta inmóvil, sin mencionar que está amarrada al carro para evitar que se caiga o impedir que se mueva muy rápido en caso de despertar de improviso. El conductor del barco y yo no quitábamos la vista de la tortuga, íbamos a toda velocidad para acortar el viaje y que no despierte en medio del camino en barco, asustado estaba el marinero y miedo tenia de que su barco sea dañado en caso de despertar el animal.
Pasado unos minutos llegamos a la orilla, bajamos la rampla y hago descender a la tortuga en el carro. Me acerco al marinero y le doy unos ryos por su gran trabajo y valentía – Muchas gracias por su ayuda señor- le digo y doy la vuelta para continuar tirando de la tortuga en dirección al centro de la aldea, no era un viaje largo pero no sabía cuánto tiempo duraría la tortuga sin moverse, por lo que me apresure.