"Viaje al País del Hierro" 2

En el camino Akira explicaba a Tier lo que  sabía sobre los exámenes así. Cuando un país organizaba el evento como tal debíamos esperar cualquier cosa, y es que no solamente cada país piensa distinto sino que había que prepararse incluso para que todo fuera una trampa. Akira inentó dar palabras de aliento pero no sabía que tan efectivas serían. - Claro que tienes oportunidad, sin ti no hubieramos podido defender la aldea, lo olvidas? - dijo recordandole su buen desempeño en el país del agua cuando hace casi una semana Goto y sus muchachos atacaron. Luego de un rato de conversación y las horas pasando, el puerto del país del rayo se vió en el horizonte, el clima parecía justamente lo esperado y a la distancia, de verdad más lejos se veía lo que parecía ser un gran puente. La cuestión es que el camino es empinado y largo para subir todo el país del rayo y finalmente pasar a la otra zona. Aún les esperaba un largo camino por delante.

Al poco tiempo llegaron a la costa y el navío se quedó en el puerto, los shinobis se bajaron y Akira caminó con Tier siguiendo la ruta principal que pasa a través de la capital del rayo. Los muros de kumogakure eran visibles a lo alto del lugar, quizá algún día podría visitar la aldea con más calma y tiempo. Conforme caminaban Tier pidió consejo, en realidad Akira no tenía ninguno pero intentó dar más de alguna palabra útil - Tómate tu tiempo con cada prueba, concentrate en los detalles y estate atenta a que probablemente hayan trampas, no todo es lo que parece, en especial en este tipo de exámenes. - Concluyó, al menos si por él fuera probablemente la gran parte de pruebas serían de tipo mental.

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El viaje era extenuante, en realidad que si lo era, no solamente había hecho prácticamente dos viajes de una misma pasada sino que venía cargando un cadaver. Quizá no era el cadaver más grande del mundo pero de una o de otra manera era un cadaver, el de una kunoichi de la niebl. Misma que había ido a representar a la aldea en los exámenes chunin y había perdido la vida, no a consecuencia del exámen pero si por una extraña enfermedad de la que parecía nadie conocía. Por un momento la preocupación se asomó en los pensamientos del pelirrojo, ¿Y si por actuar apresuradamente Akira había condenado ya su existencia? "Oh, Relajate."  Dijo la voz "Si, tu tranquilo, al fin y al cabo si de verdad hubiese algo malo no puedes ya hacer nada al respecto." completó la otra, tenía un punto pero esa no era la mejor forma de ver lo que acababa de pasar. Podía sentir como su organismo había cedido y ahora tenía más capacidad que la anterior. Tampoco estaba practicando como tal pero el pelirrojo había almenos conseguido dejar de sentir como si un extraño parásito intentara comer su torso por tener implantado el ADN extraño a su cuerpo. Llevaría mucho tiempo y mucho esfuerzo el conseguir dominar todo esto pero estaba dispuesto a hacerlo. Debía hacerlo. Akira se aseguró de llevar todo en su lugar y contempló Kumogakure mientras descendía por la columna, se aseguraría de visitar la aldea en algún momento. Por ahora sin embargo, lo principal era llegar al Holandes Errante, el navío que aún debería estar esperando a ser abordado por Akira y Tier, quizá no iba en el mismo estado que cuando llegó al país del rayo pero al menos estaría presente.

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