Maldicion de Sangre

Los samurai estaban en patrulla, y su sorpresa fue toparse con el cuerpo de una de los genin que habían venido a examinarse, misteriosamente había fallecido en la nieve. Rápidamente intentando procurar su vida la movieron a las facilidades interiores, hasta comprobar que efectivamente no había nada que pudieran hacer ya. Con resignación los samurai no tuvieron más que almacenar su cuerpo en una tumba improvisada. Sin nombre ni nada más, nadie la conocía. Mientras lo hacían encontraron la nota que esta tenía e iba dirigida a un Akira Kaburagi. Se lo hicieron saber a su jefe quien andaba ocupado en otras cuestiones de seguridad del país, unos infiltrados entre las nevadas y ventiscas que ya parecían haberse cargado a un escuadrón completo. La misteriosa muerte de la chica tendría que esperar.

Al cabo de unas horas el jefe samurai se acercó con un pelirrojo, al parecer era el mismo Akira Kaburagi hacia quien iba dirigida la nota.  - Acá está, tomate tu tiempo. No conocíamos su nombre ni a algún familiar así que solo la pusimos en la tumba pero puedes llevarte el cuerpo y darle un entierro apropiado. Además, ibamos a darle esto como premio. Llevatelo y daselo a alguien que lo merezca- - Dijo extendiendole un pergamino con un sello que leía "Shibuki" en él mientras se retiraba con pasos firmes y lentos.

OFF: Se hace entrega a Akira Kaburagi del cuerpo de Tier Halibel + el pergamino de Shibuki: Pulverizador.

Akira siguió todo el camino al samurai, hasta ahora le parecía incluso irreal el intentar creer la noticia. Había viajado junto con Tier hasta el país del Hierro y en realidad no creía que una chica que parecía tan normal estuviera escondiendo una enfermedad terminal que podría llevarse su vida en cualquier momento. Akira iba leyendo de camino la nota que había dejado, quizá no la había conocido demasiado pero quizá... solo quizá si lo hubiera sabido podría haber echo algo al respecto. Ahora sin embargo, no podía hacer más. Akira no tenía voz o voto en el asunto. Al llegar a su cuerpo el pelirrojo se quedó inmóvil y serio viendo el cadaver de la rubia una vez lo sacaron de la tumba en la que se había preservado perfectamente. El jefe samurai entregó un pergamino a Akira diciendo que Tier lo había ganado. Mismo que a su vez se retiró del lugar. Akira dijo suavemente - Gracias. - Mientras daba un paso y se acercaba más a Tier. Los samurai le proveyeron de un pequeño carro que serviría de vehículo para poder transportar el ataud que también habían amablemente donado al pelirrojo para llevar el cadaver de regreso a Kiri. Akira emprendió su viaje a toda prisa saliendo del complejo sin detenerse a mirar a nadie más.

OFF: