Saliendo de Konoha Para el exámen "4

Mi tercer viaje:

Llegar a la capital del rayo fue una experiencia única, la diversidad cultural era abrumadora, y a su vez era algo muy atractivo, había mujeres bellas, ninjas con apariencia de ser realmente fuertes, según lo explicado por a gente del país de olas, de aquí tendría que dirigirme al puente Samurai, pero antes de hacerlo, como en el viaje anterior decidí dar un pequeño paseo por el lugar, pues sabia que el conocimiento es la puerta de las posibilidades positivas, incluso en los combates, hable un poco con algunas personas...
Algo que me llamo mucho la atención, es que las personas cuentan con una disciplina muy estricta en ciertas cosas que son relativas a sus labores oficiales, también fue grato ver la arquitectura de sus edificios, la gente de manera amable, me saludaba y era gentil, eso fue muy reconfortante, respetando el más fiel estilo del arte de construcción japonés con esa forma de ahorrar espacios y distribuciones...
Hey tu eres de Konoha, verdad?...
Si, así es...
De pronto me fijé como metió su mano en su parte trasera de su cinturón, mientras me miraba de manera fija...
Vas a atacarme aquí en medio de toda esta gente... tendré que preparar mi arena...
Sacó sólo un papel de ese lugar y me dio mientras reía, supongo que me alarme de más, se fue corriendo el muchacho, dejé de sudar, no estaba acostumbrado a pensar que un ataque puede venir incluso cuando las posibilidades son minímas... miré el papel que me dio el chico del rayo... vi una imagen de un signo que no entendía, quien sabe, pudo ser una broma, ojalá sea eso...
Después de conocer un poco la hermosa capital, pensaba, en lo genial que sería ver una guerra entre Konoha y la aldea de la nube, sangre, técnicas al limite, esas cosas me hacían desear investigar el cuerpo humano y entender sus limites, más que una ciencia, sería algo como un físico experimental...
Encontrar si la concentración e melanina de la gente del rayo puede tener alguna utilidad para la piel de nuestros ninjas en Konoha, quizás más resistencia al rayo, aguantar temperaturas más altas, claro que todo tiene un costo, Pero eso sería en otra ocasión, por ahora me tenía que dirigir al puente Samurai...
Me dirigí ahí corriendo, fueron algunos kilómetros los que tuve que recorrer para poder llegar al puente Samurai, uno de mis problemas fue la tierra, pues el camino tuve que recorrerlo por el suelo y no por árboles, lo cual denotaba correr sobre tierra caliente, y con lo mal que me llevo con las temperaturas altas, pero en fin, quizá mis terminales nerviosas no se alarmaron tanto por la cantidad de cosas que estaba pensando sobre las posibilidades de la experimentación con aquellas amables personas, hubo una parte que se me hacía infinita, como si corriera por una bola de tierra como hamster y mi recorrido fuese infinito, pero a lo lejos pude divisar un punte, el verlo sentí un enorme respeto, un diseño sin igual, totalmente sin precedentes, supuse que lo que veía a lo lejos, era el puente Samurai, ojala sea ese...