Arrivando a la Capital del Rayo: Rumbo al Pais del Hierro

post anterior:

El chico se había dado un par de vueltas en el barco dónde viajaba, había conocido a muchos aldeanos y comerciantes de kiri, con algunos logró entablar conversación, después de todo el viaje arriba de ese barco era algo largo y tedioso, tenía que distraerse de alguna forma. -No sabía cómo eran las políticas de comercio entre países, realmente la gente debe de dedicarse cien por ciento a ello, sin tener en cuenta el desgaste que significa ir y venir en barco entre países, realmente sacrificado- pensaba el chico de la aldea de la niebla, era común en él cuestionarse este tipo de cosas, después de todo siempre había añorado no ser kage de la aldea pero sí conseguir un puesto que le permitiese mejorar ciertas políticas públicas que ayudasen a los aldeanos, ya que según él eran los principales a quienes los shinobis (de todas las aldeas) debían de proteger.

El viento comenzó a hacerse más cálido, el chico miró al cielo. -Ya salimos definitivamente del país del agua, el viento es distinto- murmuró, el chico tenía razón, el barco había avanzado lo suficiente como para dejar la jurisdicción marítima del país del agua atrás y entrar en la del país del rayo. -Es mejor que consulte el mapa- dijo sacando de su bolsillo trasero el mapa que había conseguido en la aldea de la niebla, como era su primer viaje una de las precauciones que había tomado era la de conseguir un mapa, según las instrucciones que le habían dado tenía que llegar lo más rápido posible al país del hierro o sino esto significaba no participar en el examen, era algo que no podía permitirse. -Bien, luego de llegar al país del rayo, específicamente a la capital de rayo, debo dirigirme de prisa al puente samurai que está al norte- dijo con tono cantado, la idea era aprender de memoria el camino a seguir para no tener que sacar el mapa tan seguido, lo primordial en un shinobi según él también tenía que ser el memorizar información crucial y pensar rápido bajo presión.

El barco comenzó a perder velocidad, en el horizonte Yagura veía como tierra firme se acercaba más hacia ellos, le parecía gracioso el efecto que se producía cada vez que el barco avanzaba más. Fue rápido como arrivó el barco en la capital del rayo, el chico sin perder tiempo se bajó, se despidió de algunos aldeanos con los que había hablado y miró a su alrededor, comerciantes y aldeanos de todo tipo íban y venía, definitivamente estaba en el lugar correcto, ahora solo debía de dirigirse a toda prisa hacia el norte